Ojitos de ángel es una obra de género narrativo-novela (Subgénero), escrita por el escritor y abogado panameño Ramón Fonseca Mora, fue publicada por la editorial Alfaguara (Serie roja) en el mes de Abril del año 2009, consta de 159 páginas y fue un éxito rotundo en ventas en Perú, Venezuela y su natal Panamá; aunque no fueron los únicos países en los que se publicaron pues también se publicó en España, etc.
La historia transcurre en el hospital "San Juan", esta da inicio cuando el señor Julio Vargas luego de tener un accidente automovilístico despierta en un hospital; al instante que despierta oye un sonido de "Tic" que le llama la atención; además del hecho de que no puede ver ni mover su cuerpo, cuando tiene la oportunidad pregunta que fue lo que le pasó; en primera instancia preguntó a una enfermera qué pasó con su auto deportivo último modelo, la enfermera le respondió que había quedado completamente destruido; en la segunda oportunidad preguntó sobre su estado a un joven doctor; él le respondió que tenía una pierna rota en muchos pedacitos y la otra solo en tres; además de tener los brazos y cabeza golpeados; cuando se enteró que estaba en un hospital público se sintió desconcertado y horrorizado pues no podía creer que teniendo dinero suficiente para que un avión ambulancia lo llevara a un hospital caro y lujoso, lo hayan llevado a un hospital público, exigió que lo trasladaran a un mejor hospital como el "Pedernal", pero le explicaron que su abogado en nombre de su esposa había aceptado que permanezca en ese hospital el tiempo necesario, solo le quedó resignarse aunque estaba muy desconcertado. Con la movilidad que aún tenía, pudo notar que no estaba solo en la habitación sino que otra persona estaba en una cama vecina, esta persona lucía un cuerpo raquítico, cansado y pequeño, de piel oscura, cabello corto y cenizo. Don Julio dedujo que esta persona debía estar muy enferma pues estaba conectada a tubos y constantemente era el punto de concentración de los médicos. En un inicio a Julio no le agradó mucho la idea de compartir un cuarto con alguien; así que pidió que le dieran un cuarto privado, pero se lo negaron pues había mucha demanda de pacientes. Con el tiempo Julio conoció más la historia de su compañero de cuarto, que en realidad era una niña llamada Mercedes y tenía tan solo siete años, con esta experiencia afloran sentimientos que habían estado dormidos por mucho tiempo o que no existían en Julio.
Esta obra es maravillosa, tiene un lenguaje claro y fácilmente entendible; además de una buena trama, lo que hace que la obra sea atrapante para los lectores; esto queda demostrado, pues esta obra fue la más vendida del escritor Ramón Fonseca, en la historia se encuentra un claro ejemplo de que todos tenemos una misión en la vida y que pese a que la vida te golpee con todo lo que tiene no necesariamente terminarás siendo un ser amargado y frío, solo basta conocer un poco de "Mechi" (Mercedes) para saber que no es así; ya que ella era una persona amable y bondadosa (pese a que era tan solo una niña), capaz de interactuar con un ser soberbio y con complejo de superioridad como lo era Don Julio Vargas; quien encontró una gran amiga en el lugar que menos se imaginaba.
En conclusión, aunque una persona tenga todo y halla llegado lejos, no tiene derecho a creerse el centro del mundo, pues aunque no todas las personas hayan llegado lejos, siempre hay que andar con humildad o te puedes ganar la antipatía de la gente, y no valdría de nada tener dinero pero no amigos.
Esta obra es maravillosa, tiene un lenguaje claro y fácilmente entendible; además de una buena trama, lo que hace que la obra sea atrapante para los lectores; esto queda demostrado, pues esta obra fue la más vendida del escritor Ramón Fonseca, en la historia se encuentra un claro ejemplo de que todos tenemos una misión en la vida y que pese a que la vida te golpee con todo lo que tiene no necesariamente terminarás siendo un ser amargado y frío, solo basta conocer un poco de "Mechi" (Mercedes) para saber que no es así; ya que ella era una persona amable y bondadosa (pese a que era tan solo una niña), capaz de interactuar con un ser soberbio y con complejo de superioridad como lo era Don Julio Vargas; quien encontró una gran amiga en el lugar que menos se imaginaba.
En conclusión, aunque una persona tenga todo y halla llegado lejos, no tiene derecho a creerse el centro del mundo, pues aunque no todas las personas hayan llegado lejos, siempre hay que andar con humildad o te puedes ganar la antipatía de la gente, y no valdría de nada tener dinero pero no amigos.
CARLOS MENDOZA
No hay comentarios:
Publicar un comentario